El
desbaste y pulido de metal son procesos clave dentro de la fabricación, reparación y acabado de piezas metálicas. Estos procedimientos se utilizan para mejorar la superficie y la forma del metal, eliminando imperfecciones, alisando la superficie y dándole un acabado brillante o específico, dependiendo de las necesidades.
1.
Desbaste de metal
El
desbaste es el primer proceso que se realiza cuando se trabaja con una pieza de metal. Su objetivo es eliminar material excedente o irregularidades, como rebabas, bordes filosos, corrosión, o imperfecciones superficiales que puedan afectar la funcionalidad o apariencia de la pieza.
- Proceso: Se utiliza una herramienta abrasiva, como una lima, una amoladora o un disco de desbaste, que se aplica sobre la superficie del metal para eliminar capas de material. En algunos casos, se utilizan máquinas industriales para el desbaste de piezas grandes o complejas.
- Objetivo:
Dejar la superficie del metal lo suficientemente uniforme y preparada para el siguiente paso, que es el pulido. También puede dar forma a la pieza metálica, dependiendo del trabajo requerido.
2. Pulido de metal
El pulido es el proceso posterior al desbaste y se realiza para refinar la superficie del metal, logrando un acabado más suave y brillante. El objetivo es eliminar las marcas dejadas por el desbaste y otras imperfecciones menores.
- Proceso: Se utilizan materiales y herramientas abrasivas más finas que las empleadas en el desbaste, como discos de pulido, cepillos o pastas abrasivas. El pulido se realiza en varias etapas, usando abrasivos cada vez más finos, hasta alcanzar el brillo deseado.
- Tipos de acabados: Dependiendo del tipo de pulido, el metal puede tener un acabado mate, semi-brillante o un espejo brillante. El pulido también puede servir para mejorar la resistencia a la corrosión, en algunos metales como el acero inoxidable.
Diferencias entre desbaste y pulido
- Desbaste: Se enfoca en remover material de manera más agresiva para dar forma o eliminar imperfecciones notorias.
- Pulido: Es un proceso más suave, enfocado en refinar la superficie, eliminar rayones pequeños y darle un acabado brillante o estético.